martes, 26 de octubre de 2010

Camino a Casa


Si he de ser sincera, siento que no tengo un hogar a donde volver.
Ok. Sí, vivo con mis padres, se supone tengo una casa...

Pero jamás he sentido que la ciudad donde vivo pueda llamarla mi hogar, la odio! Tendrá un sinfín de recuerdos de mis amigos, mi vida y mi pasado (la mayoría bastante malos y pocos los rescatables); pero no pega el chicle. Nunca lo hará.

Hasta hacía sólo unas semanas, yo creía que vivía eternamente enamorada de Guadalajara, mi cuidad natal, la amaba, la idolatraba, me perdía en ella, bla, bla bla.... Pero todo cambió cuando conocí Vancouver. Hasta mi amadísima Guadalajara se me olvidó.

Si bien desde siempre he dicho que soy de Jalisco y que vivo donde vivo por asuntos meramente circunstanciales, hoy me quedé sin argumentos. Ya no sé a dónde pertenezco, aunque claro, una parte de mí dice y ha dicho siempre, que aunque quiera a este país jodido y tercermundista, no me siento como en casa. Crecí aquí y me acostumbré a personas, idioma, trato, ideas (algunas más despreciables que otras), comidas (pocas), y es esa especie de "zona de comfort" la que me ata a este lugar. Llámenle costumbre.

Según me fui para tener ideas más claras y mente despejada, debo decir que las cosas resultaron peor; ahora estoy más confundida sobre mi camino a seguir. ¿Dónde debo estar?
Yo sé que en el lugar donde vivo, NO. Es definitivo, no.

Debería ser como el que sale a tomar el autobús y la ciudad está llena de neblina, sabe a donde debe llegar, aunque no ve bien cómo.
En cambio, esto es cómo un barco que se perdió en medio del océano, en una mañana llena de neblina. No veo dónde estoy, ni tengo idea de a dónde debo dirigirme, porque tampoco tengo la certeza de dónde quiero estar.

Quiero ser feliz. Es lo único que pido, estabilidad y algo de paz (felicidad). Si ello implica aferrarme a un lugar que pueda llegar a llamar Hogar. Que así sea, pero soy un alma libre, y creo que por eso, no puedo atarme a ninguna parte. Bueno, de que puedo, puedo (heme aquí), pero sé que no pertenezco a este lugar.

Quisiera poder enterrar un tesoro, para así poder enterrar mi corazón...

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